¿Que precauciones tomar al enviar ‘nudes’?

El intercambio de desnudos puede considerarse una forma saludable y legítima de explorar la sexualidad individual y/o de persona a persona. No obstante, para ello es necesario el consentimiento de la persona que expone su cuerpo, a fin de que dichas imágenes no sean utilizadas como objeto de chantaje, amenaza, coacción o venganza.

La divulgación no autorizada de desnudos constituye un delito. Sin embargo, el impacto físico y psicológico que este ilícito tiene sobre la víctima puede comprometer definitivamente su estabilidad personal, profesional y familiar.

¿Cuál es el papel de los desnudos en la salud sexual del individuo?

Según la Organización Mundial de la Salud, la salud sexual se define como “un estado de bienestar físico, emocional, mental y social que siente un individuo en relación con su sexualidad”.

Si los desnudos contribuyen a este bienestar, entonces pueden considerarse una forma positiva y respetuosa de vivir la sexualidad y las relaciones sexuales. Además, la inclusión de desnudos en el ámbito de la intimidad digital ayuda en el proceso de criminalización y sanción de la denominada “pornografía de venganza” o “abuso sexual basado en imágenes”.

Principales beneficios

Para algunas personas, enviar desnudos puede tener muchas ventajas. Entre ellas están:

  • Perder la timidez
  • Permitir la exploración del erotismo
  • Tener una nueva forma de desarrollar relaciones íntimas
  • Fortalecer los lazos con la pareja
  • Fortalecer la autoestima y la confianza en uno mismo.

Relación entre los nudes y la violencia doméstica

Aunque los desnudos pueden ser utilizados de manera perversa en diferentes contextos, ya sea con fines lucrativos, humillantes o intimidatorios, continúan estando estrechamente asociados con la violencia doméstica, principalmente perpetrada por hombres contra mujeres.

La estrategia es casi siempre coaccionar a las víctimas que terminan sintiéndose avergonzadas y culpables. En ocasiones, este sentimiento se debe no solo a la exposición pública a la que fueron sometidos, sino también a la forma en que fueron tratados por las propias autoridades, ya fueran policiales o sanitarias. Muchos desnudos o vídeos de carácter sexual pueden incluso acabar en sitios de contenido pornográfico, ya partir de ese momento es muy difícil eliminar definitivamente estos contenidos.

El uso de desnudos sin consentimiento es cada vez más un problema a la orden del día y que incluso cobró expresión durante los años de la pandemia. También por ello se han incrementado las campañas y peticiones que alertan sobre este uso abusivo de los desnudos.