“Las leyes anti-trans en el sur de Estados Unidos están desarraigando familias y dejándolas con decisiones imposibles”, comienza el artículo de Rolling Stone. Las historias desgarradoras de familias como la de Chrissie y Daniel, residentes de Tennessee, ilustran el impacto devastador de estas leyes. Ante la prohibición de recibir atención médica de afirmación de género para su hijo Z, las opciones de atención se agotan. “Básicamente nos dieron una carta y dijeron, ‘Buena suerte’”, cuenta Chrissie sobre el momento en que recibieron la notificación de que su hospital ya no podía continuar el tratamiento de Z.
El artículo resalta la creciente ola de legislación restrictiva en los Estados Unidos, con 21 estados que ya han promulgado leyes que restringen la atención médica de afirmación de género para jóvenes trans. Este panorama legal dificulta enormemente el acceso a la atención médica necesaria para los jóvenes trans y sus familias, obligándolos a enfrentar obstáculos financieros, prácticos y legales.
Las impactantes palabras de Molli, madre de un niño trans de 13 años en Texas, reflejan la angustia y la incertidumbre que enfrentan las familias: “Apuesto a que, en unos años, todos estos políticos habrán pasado a otra cosa. Todo el mundo habrá olvidado esto, y nuestras vidas habrán cambiado drásticamente”. La desesperación de las familias se hace eco en las palabras de Shelby, madre de gemelos de 13 años en Tennessee: “OK, no tenemos otra opción. Necesitamos encontrar un lugar donde ir”.
A pesar de estos desafíos, algunas organizaciones han surgido para brindar apoyo a estas familias, como el Proyecto de Emergencia para Jóvenes Trans del Sur, que proporciona subvenciones de emergencia y apoyo logístico. Además, clínicas como Queer Med están surgiendo como recursos importantes al proporcionar atención médica de afirmación de género a través de telemedicina, llenando los vacíos donde las clínicas tradicionales han cerrado debido a las leyes restrictivas.
En medio de la adversidad, estas familias enfrentan la difícil decisión de quedarse en el sur, con sus raíces profundamente arraigadas, o buscar refugio en estados más acogedores. Sin embargo, como señala Sophie, madre de una niña trans en Mississippi, “Hay menos y menos lugares seguros para nosotros estar”.
El artículo concluye con la esperanza de Mylah, una adolescente trans que anhela la libertad de ser ella misma: “Se sentirá tan bien poder ser yo misma”, dice, “en lugar de tener que ocultarme”. A través de estas historias, se destaca la lucha de las familias trans en el sur de Estados Unidos y la necesidad urgente de apoyo y solidaridad en esta difícil situación.